Fueron términos con sentidos desviados
de sombras inocuas en tu yo.
Un descentrado de marcos multiformes
con holgadas caricias sin sentido
Sombras que resuenan en mi llamada
desvíos a mil y un lugares.
Ciento una noches en mi debe
y cinco mil quinientas en mi haber.
Y ahí nos vemos,
ante rutilantes luces que forman las curvas,
leyendas urbanas de caprichoso engaño;
y un erguirse de quien nunca poseyó.
Diplomacias, sutilezas
y un canto altisonante,
que ya nadie escuchó.
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