¿Dónde está la noche en que nos prometimos?
¿Qué ha sido del destino que nos preguntó el cuándo?
Huyó de nosotros
murmurando el roncar de una fragua.
Perdí tu cara en mis recuerdos,
ardieron mis sentimientos para no buscarte.
No hay más digas al otro lado;
terminaron tus notas traspasando los cables
para hacerme callar cuando te susurraba.
En un altar vacío no hay sonrisas esperando
las flores no marcharon, quedaron donde estaban.
No hubo noche de promesas
ni de manos cogidas mirándose.
La noche lloró ese día
y sobre caballo marfil y grana,
se marchó cantando con una guitarra
de siete cuerdas y un desengaño.
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