Sentir tu abrazo
es renovarse cada día
cada momento.
Cada lágrima vertida
es limpiarse
pensando
que todo se arreglará.
Saber que estás ahí
hace
que no haya barreras y puentes
que me rompan.
Escribirte un poema es
convertir en letras
un millón de miradas,
nuestros recuerdos,
nuestras risas,
nuestras palabras.
Hubo una citania en occidente.
Existió un mundo con su ría.
Y de aquellas piedras
fue villa
fue alma
fue sangre.
El sol iba y venía
fundiéndose en
un agua
única,
increíble.
Los años estaban
y la citania
crecía
y crecía.
Surgió una ciudad fiel
una ciudad leal,
una ciudad valerosa.
Siempre luchadora
trabajadora
sin miedos.
Surgió
una increíble explosión
una hermosa cuidad
inimitable
generosa.
Ayer Búrbida
y hoy
la siempre benéfica
ciudad de Vigo.
Hay nombres que yacen
en tierra de nadie,
en tierra de ninguno.
Hay días que es mejor
que eche el sol una carrera
poniéndose cuanto antes.
Hay momentos
que lloras y lloras
sin saber los motivos.
Hay veces que el alma
ve el cuerpo como una cárcel
de la que hay que liberarse.
Hay días malditos
pero que tienen final
dando paso a mejores días.
Es cuando has de erguirte;
no capitular
y tirar hacia delante.
¿Qué podría decirte
que no te haya dicho?
Hay miradas
que dicen más
que una solitaria palabra.
Hay sonrisas
que acarician
mejor que una mano.
Hay paseos
en los que se ama
con mayor intensidad
que en un cerrado dormitorio.
Es entonces
cuando tu recuerdo
me asalta.
Cuando deseo
ir en tu busca
sin necesidad de poemas
sin necesidad de palabras.
Cuando todo me falla
cuando mi mente nada espera;
en mitad de su cárcel
me queda la poesía.
Cuando voces invisibles
dicen mi nombre
y en el momento
que les voy a decir
venid,
acude a mí la poesía.
En días de ira,
en días
de lágrimas secas.
Cuando a mi alma vacía
nada el queda,
es entonces
cuando llega la poesía
en mi auxilio.
Y es cuando
arremeto contra mis fantasmas,
disparándoles mis versos
dispersándolos con mi pluma
arrojándoles mis poemas.
Desconocemos nuestro destino.
Desconocemos
más de lo que creemos,
más de lo que suponemos.
¿Quién puede
decir que es suya
la palabra futuro?
Nadie puede
dominar todas la teclas.
Nadie puede
tomar nuestras decisiones.
Los campos está llenos.
Demasiados brotes
en forma de intenciones.
De aptitudes arrepentidas,
de idiomas malditos.
La mente
vuela en libre espiral
sin pulso.
Sin nada ni nadie
a quien agarrarse.
Tornarán los tiempos,
lo desconozco.
Solamente sé
que no puedo con la velocidad del río,
tampoco puedo
con su frenética corriente
que es mi existencia.
Pero sí al menos,
puedo y lo haré
el poder elegir la orilla,
el poder elegir
nuestra orilla.
Mil maneras
de promesas incandescentes.
Mil formas de sentir
mi espíritu frente al tuyo.
Mil historias
de rotas palabras
mientras te escucho.
De mil veleros
de un horizonte renegado,
de barcos
que narran embustes.
De mil canciones
que nada me dicen
que de nada me hablan.
Que nunca silencian
que a nadie le importan.
Hoy
esperé a la noche
para pensarte
y también soñarte.
Fijo mis ojos en mi yo
para verte
e imaginar
nuestros momentos;
auténticos,
reales.
Tus ojos
viajan
en cada micra de
mi paraíso interior.
Sonrío
mientras evoco
cada palmo de tu piel
acariciando la mía.
Cada sonido
de tu respiración cuando
duermes.
El olor de tu pelo
repartido por la almohada.
Miro al cielo
con la descabellada esperanza
de que también lo mires.
Es de noche,
y te siento
en medio de mágicos espíritus
que me animan
a que mi alma salga en tu busca
en el medio de mis sueños
a través de mis poemas.
¿Dónde fuiste? sentimiento.
Ya no están sus ojos,
ya no está su sonrisa;
ha desaparecido su alma.
Mis manos están vacías
de las suyas.
Una rosa roja
sigue en su lugar
sin que sea regalada.
Necesito su abrazo
con una fuerza
desesperada.
Quiero
gritar en medio de mi ansia
dentro de esa extraña
espiral de la que no salgo.
Ya no hay
liquido
de ojos que derramar.
Se agotó hace tiempo.
Escucho
mi respiración
solitaria
en mi dormitorio,
otrora nuestro.
Vacío de su olor hace tiempo,
sin un buenos días de amaneceres.
Y nada puedo hacer,
atrapado entre silenciosas cadenas
de falso deberes
que no me quieren repartir.
Inútilmente pregunto
qué es lo que pasó.
Tan solo quiero volver a amar
sentir,
reír,
luchar.
Y gritar
desde lo más profundo
la palabra
AMOR,
la palabra
LIBERTAD.
De nuestros primeros verbos
de nuestras primera impresiones.
Un relato de horas
que parecieron segundos.
Yo te contaba,
tú me decías y decías.
Mientras ellos hablaban.
Un choque de manos
un adiós insincero.
Un intercambio de números
de posible contacto.
Pasan los días
una llamada,
un café,
un paseo sin brazos.
De risa libérrima
de ingeniosa palabra.
Y después
la emoción del primer encuentro.
La primera caricia
la primera sonrisa.
Todo se desborda .
y las sensaciones afloran
con su imprevisto mensaje
de tranquilas notas
y discretas palabras.
La memoria de volver,
de sentir,
de escuchar.
El recuerdo de las palabras,
de las caricias,
de las miradas.
La historia de un beso,
de una sonrisa,
del encuentro.
Todo ello
es la biografía de un hombre.
Mitad carne,
mitad alma,
y siempre, siempre
cien por cien
poeta.
Me basta cerrar mis ojos
si quiero verte.
Navego en mis sueños
para cortar tu ausencia.
Tu nombre sale solo
sin ayuda
sin gritos
en medio de la consciencia.
Solo tengo
que cerrar los ojos
para amar tu vida
coser mis iras
y escribir mis poemas.
Quiero
tardes memorables
porque tú y solo tú
formas parte de ellas.
Quiero una tarde
de sonrisas sinceras,
de miradas cómplices
y de paseos eternos.
Solo pido
tu compañía.
Agarrando
mi brazo como mucho.
Y que el rumor de las ramas
sean
nuestra música de fondo.
Anhelo
noches de imaginario piano
en la que tú y sólo tú,
conviertas mi vida en presentes
y
quien sabe
si también
en deseados futuros.
No quiero recuerdos
sólo presentes,
realidades.
No deseo
recordar tu piel,
ni tus labios,
ni tus manos.
Los quiero
vivir en directo.
No me deis pasados
no voy
a mirar a mi espalda.
Devolvedme el presente
y también pronunciad
la palabra futuro.
Hoy la noche nada me dice
quiero sentir
y no hay respuesta.
Sé que estoy vivo
porque noto
mi acre aire
saliendo de mis adentros
y salinos líquidos
exploran mi cara.
Y sin embargo esta noche
mi alma fenece
con una lentitud insultante.
Como si desease un grito
de sentir desesperado.
Un grito
de socorro
de un alma torturada
que por fuera ríe.
Pero por dentro
se rompe
en el medio de su impotencia,
en el medio
de un atormentado silencio,
y de un desesperado llanto.
No pidas que te olvide
porque me rompería
por dentro
si lo hiciera.
No me digas que te ame,
ni me digas que te quiera.
Porque lo hago cada día
cuando pienso en tus ojos
cuando recuerdo tus labios
cuando siento tus besos.
Trozos de amor fundidos
de una coraza que supo romper.
Un pañol destejido
de fracasos pasados,
de hundida aura.
Bastó su sonrisa
y una caricia.
Bastó una mirada
y un te quiero escondido.
Coraza de fracasos rota
de pedazos fundidos
en un amor tranquilo,
en un amor callado,
en un amor sincero,
en amores silentes,
en amores eternos.
Hoy será un gran día
porque estarás en él.
Hoy será el mejor de los días
porque hablaremos.
Hoy estarás en mi vida,
dormirás en mis sueños.
Y nuestros ojos serán
un frenético
duelo de miradas,
Sí,
hoy será un gran día.
Porque estás en él
hoy será
el mejor de los días.
Me llevaron anillos de distancia
en forma de beso.
Ahora
mis noches son recuerdos.
Un último abrazo
ritual de partida
separando lo inseparable.
Duermo
y te encuentro entre mis sueños.
Te abrazo
en sábanas vacías
de ti.
Nos besamos
para despertar
en rituales
de lágrimas calladas
silenciosas.
Toda la vida esperándote
siempre buscándote.
Pero no me rindo.
Te prometo
que correré a tu encuentro
estés donde estés.
Te lo juro.
Porque necesito
el amor de tus manos,
de tus ojos,
de tus labios.
Para calmar mi ansia
y también para salvar
mi lastimada alma.
No me digas
lo que deseo escuchar.
Quiero solo la verdad
despojada de toda
falsa vestidura.
Sé sincera
aunque tus palabras duelan
como un metal al rojo.
No temas
en poner tus ojos
en los míos.
Porque quizás
prefiera eso
a un carnaval
de falsas sonrisas.
Deseo de ti
la nuda verdad.
Para poder así
dejar cerradas,
las puertas del pasado
de ignorados presentes
y extraños futuros.
Sentir
porque vives
Querer
porque existes.
Amar
porque
soy carne y no madera.
Vivir
porque
es lo único que tengo.
Pensar
porque sé
que soy libre.
Reír
porque el alma
necesita recarga.
Llorar
porque soy humano
que sueña,
que ama,
que vive,
que siente.
No queráis saber,
mejor no preguntéis.
Porque se han roto
todos los cristales
y porque nada
queda de aquella historia.
No busquéis
entre las arrugas de mis papeles.
Porque nada importa
y la carretera
años ha que la trazaron.
Ahora que sigo
de reto en reto,
de lucha en lucha
y de batalla en batalla.
Solo sé
que este cristal roto
a nadie le importa
a nadie le interesa.
Ya no es mi cuerpo.
Es el alma
la que está rota,
agotada.
Necesito
esa playa en el alba
y otear su final
e imaginar paraísos
callados,
interiores.
Oler su mar para recuperar
esta alma cansada
terminada su resistencia.
Deseo
ese paseo bajo árboles
que vieron ya
mis ancestros.
Caminar
por sus veredas de hojas jazmín
sin tener que mirar la hora.
Sentir una fontana
en su monótono fluir
en suave cadencia.
Sin que nadie me llame,
sin que me necesiten.
Pido noches memorables
de risas y música
sin sentirme culpable por ello.
Solo pido
recuperar las riendas
de este alma rota
ayer animosa y hoy
sin pulso,
derrotada.
No sé si soy poeta
pero mi verbo sale solo
cuando recuerdo que estás.
Poema a poema,
verso a verso,
palabra a palabra.
No sé si soy poeta
pero necesito
decirte mil cosas
y solo así puedo hacerlo.
Poema a poema.
Ignoro
si seré poeta
pero es mi manera
de amarte en la distancia.
Verso a verso.
Desconozco
si seré poeta.
Solo sé
que no puedo
dejar de sentirte
en el taller de mis palabras,
en el medio de mis versos,
en la intimidad de mis poemas.
Llora la niña oscura entre manglares
Le robaron su anillo de alma
de quien la quiso.
Su anillo de alma
que le da vida.
Llora entre los rincones
mientras lo busca
un anillo de alma
plata vieja,
cobre de estaño,
metal profundo.
Perdió su anillo de alma
la niña oscura.
El río lo lleva
entre espesuras.
Sus lágrimas suenan
entre opacas nubes.
Mientras una fragua lejana
de quien la escucha
forja la nueva sortija
de plata nueva
de vieja luna.
Déjate querer.
Permite que contemple
el fuego amatista de tus pupilas al besarte
y que tus labios
sean parte de los míos.
Déjate querer.
Que mis dedos
sean el despeine de tus cabellos.
y mis manos
se fundan con tu rostro.
Déjame quererte.
Que pueda ser
tu refugio
en las galernas de tu yo.
Y que mis brazos
sean tu escudo
de las inquinas
por nombre dudas.
Déjame quererte
y déjate querer.
Seamos siempre presente
dejemos atrás pasados
e imaginemos juntos
la palabra futuro.
¿Dónde están
las manos que me ayuden?
Gastadas las mías
de tanto hacerlo.
¿Dónde quedó
el hombro
en el que regar mis lágrimas?
Quebrado el mío
por las de los demás.
¿Quién acudirá en mi ayuda
cuando grite
un socorro de desesperanza?
Cansado
de acudir
en auxilio de los demás.
¿Quién me dará
asistencia en mi enfermedad?
Cuando roto mi cuerpo
soy yo
quien asiste y cuida.
¡Oíd!
Escuchad
este grito,
este clamor.
De quien se le están agotando
los pararrayos de sus tormentas
y las balas de su paciencia.
Todos
tenemos una triste canción.
Que resuena en nuestra mente
cuando las lágrimas se rebelan por salir.
Es una canción brumosa
sin partitura.
Que llama a tu alma
en las solitarias noches
de cama individual.
Que surge
en las abruptas despedidas
teniendo a Caronte por testigo.
Siempre hay
una canción triste
en cada alma.
Que cauteriza momentos
de desespero.
que va y viene,
pero siempre se marcha
y jamás se queda.
Hay silencios atronadores,
hay silencios sin palabras
en forma de respuesta.
Existen silencios
con voz propia.
También los hay
que sobrecogen
que desconciertan.
Hay silencios
que cuando se ama
cuando se lucha
contra lo que sientes.
Son, entonces,
silencios en falso
mitad barricada
mitad trinchera.
Cuando fuimos
cuando éramos.
Creíamos en todo
en todos y
en cualquier
espejismo llamado ilusiones.
Cuando éramos,
cuando fuimos
un amasijo de ruido
un revoltijo de carcajadas.
Cuando fuimos
cuando éramos.
Ajenos
al padre tiempo,
ajenos
a las nieves que avisaban.
Y cuanto éramos
y cuanto fuimos,
hoy es un álbum de recuerdos
mitad sonrisas
mitad palabras.
Te necesito tanto
que ningún verso
ninguna palabra
ni un millón de estrellas
consiguen decirlo,
mostrarlo.
Mis poemas
se desesperan
rabian.
Porque
te necesito tanto.
Son trenes sin vagones
de una Penélope
que tiró la toalla hace tiempo.
Pienso,
reflexiono,
recuerdo.
Te necesito tanto.
Te necesito tanto
que te busco entre mis letras,
oteo mil horizontes
exasperaros
frenéticos por hallarte.
Porque tu amor
sigue cerca y lejos a la vez.
Imposible olvidarte
porque te quiero
entre los surcos de mi alma
y en la burbujas de la noche.
Dime que puedo ofrecerte.
Nada tienes que darme,
porque entregaste tu sonrisa
tu presencia
tu apoyo.
Dime si estoy.
Siempre estuviste,
nunca desertaste,
jamás te rindes.
Siempre estás.
¿Por qué entonces te pienso?
Será
que nunca me fallaste,
será
que juntaste mis pedazos
con tus lágrimas de recuerdo
en el barrizal de la nada.
Cuando no quedan las palabras
algo desaparece
entre los estaños de la nada.
Cuando no quedan las palabras
se busca un albo paño
para atar a un mástil
y agitarlo.
Cuando las palabras terminan
azul lágrimas
prieto sangre
entran en escena.
Cuando no quedan palabras
me niego a rendirme
y las busco
entre verdiazules tormentas
y huracanes de desespero.
.
Mares de futuros previstos
horas que sueñan en alto.
Sigues ahí entre brumas de sueños
sigues ahí contando te quieros.
Palabras que flotan en el aire,
versos que esperan respuesta.
Notas de silencio de eterno sopor.
Sigue,
no pierdas la voz.
Dime que esperas lo cierto,
dímelo con tus propias palabras.
No niegues tus sueños
escúchalos,
destierra todo temor.
Libros que te eligen
señalando con sus letras.
Acepta su llamada
olvida tus miedos
ten valor.
Hoy mañana
ayer recuerdo
hoy cantas,
rezas,
gritas.
Siéntelo,
acude
porque te está llamando tu yo.
Alma triste
desencadenada.
Sentimiento
de quien siente derrota.
De quien no preguntan,
de quien deciden sin él.
Hoy
las nubes desdibujan mis horizontes
perdidos,
errantes.
Nada siento
ni lágrimas quedan.
No me quedan las caricias,
las miradas,
las palabras,
y ni tan siquiera
las respuestas.
Venite,
hagamos juntos la paz.
Venite,
gritemos libertad.
Venite,
desterremos
la cultura de la muerte.
No más escombros
no más llanto
no más desesperación.
Venite,
honremos a los héroes
que no pidieron serlo.
Honremos a los sin nombre
a los que la historia
deja en las cunetas del relato.
Venite.
A rezar por el fin de la inquina
y porque las palabras
acaben con las furias
derrotando las guerras.
Cuando un artista crea
jirones de alma inundan su obra.
Cuando se esculpe,
cuando se pinta,
cuando se escribe.
Se grita libertad
en cada esquina pulida
en cada letra escrita
en cada color trazado.
Cuando un artista trabaja
su espíritu se hace inmortal
cada vez que le recuerden
cada vez que lo evoquen.
Porque un artista imagina
en eterno combate interior
venciendo a sus furias
derrotando sus males
desterrando sus demonios
aplastando sus tormentas.
Ucrania la mártir,
Ucrania la heroica.
¡RESISTE!
Porque cada día
es para ellos derrota.
Ucrania la torturada,
Ucrania la épica.
¡AGUANTA!
Porque ellos tendrán la fuerza bruta
pero vosotros tenéis la razón.
Ucrania la valiente
espigón de las Europas.
¡LUCHA!
Porque cada día que pase
estás menos sola.
Y ellos sin saberlo
están hundiendo sus naves.
Entre vidas
entre todo.
Nada hay,
todo existe.
El andar pesa
entre vidas
entre todo.
No me rindo
desfallezco.
Apareces
me levanto
sigo la lucha.
Porque
entre vidas
nada hay
todo existe
todo alcanza
todo llega.
Hoy el cielo,
mañana
un árbol,
ayer una lágrima.
Hoy el poeta,
ayer los sentidos,
mañana
una caricia.
Ayer adiós
hoy hola
mañana
siempre.
Antes tristeza,
luego llanto,
después
indiferencia.
Ayer el poeta
hoy el poeta
y mañana
siempre, siempre
el poeta.
Imagina
que el mundo
nos fuera más fácil
menos difícil.
Imagina
que mi mano
jamás te soltase
y que además
compartamos sonrisa.
Imagina
alma con alma
palabra con palabra
sueños con sueños.
Imagínalo todo
o mejor no lo hagas
mejor abrázame
mejor bésame
mejor quiéreme,
mejor ámame.
