Siento mi vida encarnada de tus recuerdos
siento tu piel en mi mente;
tu mirada exigente de ternura
y tus dardos disparando memoria.
Deseo llevarte a la isla de mis pasados,
quiero convertirte en presente,
deseo amarrarte en futuro.
Un cristal que nunca se rompa
con sonoros errores perpetuos.
¡Dame tu presencia para saciarme!
¡Dime el porqué de tus encuentros!
La dote será nuestro error
y las arras
el rencor del desacierto.
¡Mírame y dime lo que piensas!
Llama candente de obras,
portales proscritos de mi memoria.
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