Nunca podré desterrar nuestra vida,
fueron momentos sentidos de intensa memoria.
Dices borrar las palabras que inspiraron los momentos
que se susurraron desde lejos,
que engendraron páginas de desencuentros.
El temor paralizó todo en forma desconocida,
no hubo finales de gloria.
Más sí combinadas letras de quien quería
una historia al pie de una playa
arrendada por la luna de Junio.
Testigo de quienes deseaban
probar los besos mezclados con mar.
Una huella de a dos
arenas prensadas por descalzos paseos
una mano grande agarrada a otra más pequeña.
Brillos frente a brillos
entre rumores de quienes solo pudieron imaginar
el final no empezado de nuestra historia.
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