Hoy la noche nada me dice
quiero sentir
y no hay respuesta.
Sé que estoy vivo
porque noto
mi acre aire
saliendo de mis adentros
y salinos líquidos
exploran mi cara.
Y sin embargo esta noche
mi alma fenece
con una lentitud insultante.
Como si desease un grito
de sentir desesperado.
Un grito
de socorro
de un alma torturada
que por fuera ríe.
Pero por dentro
se rompe
en el medio de su impotencia,
en el medio
de un atormentado silencio,
y de un desesperado llanto.
Bellísimo.
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