Hoy
esperé a la noche
para pensarte
y también soñarte.
Fijo mis ojos en mi yo
para verte
e imaginar
nuestros momentos;
auténticos,
reales.
Tus ojos
viajan
en cada micra de
mi paraíso interior.
Sonrío
mientras evoco
cada palmo de tu piel
acariciando la mía.
Cada sonido
de tu respiración cuando
duermes.
El olor de tu pelo
repartido por la almohada.
Miro al cielo
con la descabellada esperanza
de que también lo mires.
Es de noche,
y te siento
en medio de mágicos espíritus
que me animan
a que mi alma salga en tu busca
en el medio de mis sueños
a través de mis poemas.
Maravilloso.
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