Cuando todo me falla
cuando mi mente nada espera;
en mitad de su cárcel
me queda la poesía.
Cuando voces invisibles
dicen mi nombre
y en el momento
que les voy a decir
venid,
acude a mí la poesía.
En días de ira,
en días
de lágrimas secas.
Cuando a mi alma vacía
nada el queda,
es entonces
cuando llega la poesía
en mi auxilio.
Y es cuando
arremeto contra mis fantasmas,
disparándoles mis versos
dispersándolos con mi pluma
arrojándoles mis poemas.
Bellísimo.
ResponderEliminarUna maravilla
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