Siento que sonríes envolviéndome,
creyendo un amor perenne.
Pero sé que estoy soñando
cuando toco tu cuerpo con mi yo
y creo ver tu desnuda piel
entre los pliegues de la oscuridad del dormitorio.
Siento tu sonrisa diciéndome que me amas,
y creo el tormento convertido en distancia,
sincerándome con una realidad
que pudo ser ficción.
Y tu paciencia me persigue,
sé que soy porque tú eres.
Y el lejos se convirtió en futuro.
Siento demasiadas cosas cuando me hablas.
Siento tu reír,
tu llorar,
tu vivir.
Pero también siento la prohibición apagada,
del último
que te ama.
Hola!
ResponderEliminarDesde que me dijeron que tenías un blog, me ha faltado tiempo para conectarme y leer tus poesías, tus comentarios, tus pensamientos.
Gracias por compartir esta parte de ti.
Noemí O.