Como el toro, naciste para el luto
y unas rejas entre espasmos decidieron tu partida.
Víctima insigne de una victoria
de una liberación que nadie entendía,
mientras un dramaturgo,
entre codos y espaldas
escribía en carbón tu retrato
cincelado de golpes y memoria.
Poeta de las ovejas,
pastor de las palabras.
¿Dónde están los andaluces de Jaén?
¿dónde los aceituneros altivos?
Tal vez en una celda por preguntar
de quien eran
esos olivos.
Me ha encantado!
ResponderEliminarGracias si te ha gustado puedes compartirlo en las redes sociales. Será el mejor homenaje a la memoria de este poeta que tuvo un inmerecido final
EliminarEnhorabuena Miguel Ángel, me encanta!
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