Inspiraste las historias de mis poemas
recogiendo la cosecha fértil de mis palabras,
palabras escritas en bronce,
palabras que nos pertenecieron;
palabras nunca jamás compartidas.
Nunca rozaste mi rostro,
nunca sentiste la noche con mi mano,
despertaste sin mí a tu lado.
Tan solo hablaste,
tan solo quisiste
guardando como recuerdo
lo único que te quedaste:
Mis palabras.
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