Veo desde el amanecer el adiós de tu horizonte,
es una línea irregular que marco nuestro vosotros.
Y ahora gritas tu acre despedida.
Veo tu martillo de ira imposible
palpando el perdón de tus palabras,
el porqué de tu despedida.
Siento tu locura durmiente
tus yerros amarrados
mientras oigo el destierro de tus excusas.
Siento tu calor mientras duermo,
mientras sueñas,
mientras vives.
Siento la eternidad de tu amar
veo la carencia de tus ausencias
sintiendo el retorno del tú,
del yo,
del nosotros.
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