el mar lo codicia
el cielo lo vuela.
Mientras el color rojo amarillo
rojo sangre,
rojo fuego,
ilumina el todo buscando
colores fríos
en los que aparcar
de soles tranquilos
de aguas serenas.
Y el velero lucha en el mar de rojo
mar de fuego.
Cae la tarde entre cascadas silenciosas
donde va un barco
tal vez un velero
dejando girones de almas
entre mares rojos
quizás de fuego.
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