Esta anécdota la cuenta Carlos Fisas en uno de sus libros, dándola por verdadera.
Cuando se anunció el compromiso de la infanta Doña Elena con Don Jaime de Marichalar, una de las cosas que se decían del novio, fue que su abuelo había sido ministro del bisabuelo de su prometida. Lo que no cuentan las crónicas que su nombramiento fue por un malentendido sin que ello, vaya en detrimento de los méritos de nuestro protagonista.
Don Luis de Marichalar y Monreal, octavo Vizconde de Eza había llevado una discreta carrera política dentro del partido conservador, siendo diputado y alcalde de Madrid.
Según dice, Don Eduardo Dato paseaba por el Retiro con un amigo suyo andaluz, contándole que el rey le había encomendado formar gobierno y le faltaba una cartera ministerial por cubrir. Mientras estaban hablando, pasó ante ellos una joven muy guapa, a lo que dijo el amigo andaluz al verla: ¿Ze ha fijado en eza?. A lo que Eduardo Dato, distraído en sus pensamiento, le contestó: Pues ahora que lo dice no, ¡el Vizconde de Eza! ¿por qué no se me había ocurrido antes?
Y a raíz de ese malentendido empezó, don Luis de Marichalar, su carrera política como ministro.
Hola Mikel, te comenté que me sonaba esta anécdota, aquí se menciona: http://belosticalle.blogspot.com/2011/05/cien-anos-de-paro-1.html
ResponderEliminarTambién identifica al amigo andaluz de Don Eduardo Dato que resultaría ser un tal Francisco Bergamín, político malagueño.
Un abrazo y sigue escribiendo sobre temas tan interesantes.
El tal Francisco Bergamín, efectivamente, es un político malagueño muy brillante. Ocupó varias carteras ministeriales. Es también el padre del poeta José Bergamín, de la generación del 27.
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