Vuelves,
tristeza, otra vez al acecho.
Sabes elegir el momento,
cuando
mis sentimientos, liberados
de su fatal coraza
se encuentran en la calle del abrazo,
en el pais de los poemas,
en el infierno de los sin nada.
Te ensañas en la herida
que un beso abrió en canal
en una noche de ficticias magias.
Me obligas
a recordar
a gritar
de rabia contenida,
ante cero respuestas.
Porque hoy,
tristeza,
me arde
el recuerdo de un beso
y de unos ojos
que saben a tormenta.
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