Pienso en ti
no puedo evitarlo.
Tan solo
sé que que veo tu sonrisa,
tus ojos
cuando cierro los míos.
¿Qué pasó?
lo ignoro.
Solamente
pienso que hay que seguir
debemos seguir.
Sucedió
sí, sucedió
sin buscarlo.
Y una extraña magia
nos agarró con fuerza
en el callejón
de las almas dañadas.
Ahora pienso en ti
esquivando
jarros de fría agua.
Porque es mi derecho soñarte,
enamorarme
y escribir mis poemas
pensando
en aquella sonrisa,
en aquella mirada
y aquel beso recibido
en el callejón
de las almas olvidadas.
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