A la morita mora
de un dios valiente
puliendo sus joyas
entre quereres.
Con anillos de luna
entre veredas
una música suena
todos escuchan.
La morita mora
se entretiene
recordando historias
sintiendo ayeres.
A la morita mora
de un dios valiente
puliendo sus joyas
entre quereres.
Con anillos de luna
entre veredas
una música suena
todos escuchan.
La morita mora
se entretiene
recordando historias
sintiendo ayeres.
Aunque digas
la palabra final,
serás
siempre mi gran amor.
Por muchas
dudas que pongas,
bastará tu sonrisa,
también tus ojos
para que seas
siempre mi gran amor.
Digas lo que digas
pienses lo que pienses
será suficiente
con darnos las manos
y mirarnos a los ojos
para que fluya sin frenos,
entre nosotros,
en el eterno
callejón del recuerdo,
la increíble
historia de
un gran amor.
Han terminado
quizás
demasiadas cosas.
Hoy en las nubes;
y de pronto
contra el suelo.
Pero sigues de pie
luchando,
lleno
de sangrantes heridas.
Hoy
toca mirar al vacío
impasible.
Porque hoy
han terminado
quizás
muchas cosas
rompiendo
demasiados futuros.
Admito que hoy he llorado.
Pero no ha sido de tristeza
por primera vez.
Lloré,
sí, lloré.
Porque me quieres
y tu mirada
llena mi yo
llenando su copa
hasta desbordarla.
Hoy mis lágrimas
reflejaban por vez primera.
alegría.
Por un intenso amor,
llegado a mí
como compensación,
de tanta tristeza en soledad
y tantas
lágrimas derramadas,
de negro color
con sabor a derrota.
Existe un playa
que en las noches
abre su magia,
haciendo
que los sentimientos
afloren
en toda su intensidad.
Hay una playa
que hace desaparecer los años
y amas
como si fuese la primera vez.
En esa playa,
nuestra playa,
nuestros espíritus
se amaron con toda su fuerza
recordando
vidas pasadas
en las nos estuvimos buscando.
Permite
que me pueda
enamorar de ti.
A cambio solo pido tu sonrisa
tu mirada
y una caricia
que cauterice mi lastimada alma.
Permíteme
que te llene de poemas.
Porque tu recuerdo
saca lo mejor de mi,
haciendo
que los versos salgan solos
como una callada canción
en forma de respuestas.
Aquel susurro
aquellos ojos envolventes,
acariciadores.
Unas manos
suaves, creadoras,
que tocaron mi rostro
devolviendo sus pedazos.
Una historia inédita
que ni yo mismo
consigo explicarme.
Ora euforia
ora desesperación.
Ayer paraíso,
mañana
imaginarios infiernos.
Un susurro
que podría cambiar mi vida.
Con solo decir: Te amaré
y así rescatarme
del pais del desamparo,
de la ciudad de los exiliados.
Vuelves,
tristeza, otra vez al acecho.
Sabes elegir el momento,
cuando
mis sentimientos, liberados
de su fatal coraza
se encuentran en la calle del abrazo,
en el pais de los poemas,
en el infierno de los sin nada.
Te ensañas en la herida
que un beso abrió en canal
en una noche de ficticias magias.
Me obligas
a recordar
a gritar
de rabia contenida,
ante cero respuestas.
Porque hoy,
tristeza,
me arde
el recuerdo de un beso
y de unos ojos
que saben a tormenta.
Pienso en ti
no puedo evitarlo.
Tan solo
sé que que veo tu sonrisa,
tus ojos
cuando cierro los míos.
¿Qué pasó?
lo ignoro.
Solamente
pienso que hay que seguir
debemos seguir.
Sucedió
sí, sucedió
sin buscarlo.
Y una extraña magia
nos agarró con fuerza
en el callejón
de las almas dañadas.
Ahora pienso en ti
esquivando
jarros de fría agua.
Porque es mi derecho soñarte,
enamorarme
y escribir mis poemas
pensando
en aquella sonrisa,
en aquella mirada
y aquel beso recibido
en el callejón
de las almas olvidadas.
No dudes
porque significa
que habrás capitulado
sin tan siquiera luchar.
Lucha,
apuesta.
No te quedes con la incógnita
de lo que habría podido pasar.
No dudes;
entra en manantial
de la magia noctámbula.
del pais de la oportunidad.
Siente,
lánzate.
Porque el universo
te grita que vivas,
que sientas
y que debes
volver a amar.
No puedo decir más.
Sólo que
no dudes,
que arriesgues,
que sientes
y que nunca, nunca
dejes de amar.
¿Sucedió?
Sucedió.
¿Y ahora?
Lo ignoro.
¿Sentiste?
Como nunca.
¿Arriesgas?
Arriesgo.
¿Quieres seguir?
¡Sin dudarlo!