Leo tu sonrisa
tus latinos ojos,
tus palabras.
Y el poeta llega tarde
para muchas cosas
pero te siente
sonríe;
desea escucharte,
hablarte,
leerte,
contarte.
Y los versos salen
solos
en silente mirada.
Y todo ello
leyendo tu sonrisa,
lo profundo de tus ojos
y el crepitar de tus palabras.
Precioso
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