Puedes decir que te amé
te doy mi permiso.
Podrás decir
que mis lagrimas
fueron por tu causa.
Lo autorizo.
Pero devolverás el recuerdo
con todas
y cada una
de sus caricias.
Tus besos con cada uno
de nuestros labios.
Serás un callado piano
que tocó en nuestro nombre
de una historia
que quedó sin escribir.
Con un nudo
pero sin un roto desenlace.
Podrás decir
que un poeta te amó
y que
sus versos fueron tuyos.
Podrás contar
aquella historia
de bares y discos
de nocturnos paseos
entre farolas.
y de manos
agarradas en los
cafés del crepúsculo.
Podrás contarlo todo
porque te doy mi anuencia.
Cada vez que me recuerdes,
cada vez que me evoques,
mencionando
que un día te quise
sin ninguna coraza
en mitad de mis poemas
en el barro de la nada.
¡Cuántas mujeres quisieran estos versos dedicados a ellas!
ResponderEliminarGracias preciosa.
EliminarBellísimo.
ResponderEliminar