BIENVENIDOS

Quiero contar muchas cosas
y compartir cada cosa que siento,
aportar mis ideas y que todos
tengáis algo que decir

Será poesías,
cuentos, opinión.

Aquí todo tiene cabida.



lunes, 31 de octubre de 2011

EL BAILE DE LA NADA


El tejido de nuestra historia
se ha desmadejado.
Alguien
empañó el hilo del reencuentro.

Esperanzas inútiles
de quien lo dijo
de quien murmuró
de quien no habló.

El retorno
se ha vuelto un Ulises abulico
que renegó de su reino.

Decidles a las nubes
que nada fue.
Gritad
al sentir que baile.

Será el baile de la nada
será la danza de la usura.
Decidle a las nubes que griten
llamad  al aire
llamad al nunca.

domingo, 30 de octubre de 2011

Y ESE CAMBALACHE


La vida que avanza
a pasos destemplados,
llevando todo el oro
cuando se cree abandonado.

Y el mundo va que gira
y dice ordenado,
a todo cambalache
que va despreocupado.

Unos que dicen quiero,
y otros por qué no;
llegando lo que quiso
un día que llegó.

Y ese cambalache
me dijo regalao.

La vida va girando
adiós y nada más.
Adiós mi cambalache
adiós locuras cien.

sábado, 29 de octubre de 2011

OJOS NEGROS QUE MIRÉ


Ojos negros que dejaron de llorar,
ojos que un día me miraron,
ojos que me dejasteis en el camino.

Regasteis mi sentir
en silente balada,
me dijisteis mil cosas
que me traspasaron.

Ojos que se alegran
y entristecen,
mirando al horizonte
de mis esquinas.

Cambalache de mis vidas
caligas de mi camino.
Ojos negros que aguardan
ojos negros que me miraron
ojos por los que lloré.

TU PASADO



Carretada la vida a remolque
desnudando las reliquias que fueron;
un mirlo me acusa con su canto
y tus ojos flotan sinuosos.

Tu mirada
me cuenta lo que negó
diciendo tu oda a mi eros,
Hebe ya no sirve más néctar.

He marcado mis poemas
con mi dentro,
flotarás entre tristezas
en bosques caducos de insignificancia.

Ya nadie regresará de su Ávalon
y nadie susurrará lo que amas.
Dirás tu arrepentimiento en las brisas
en horizontes que dirán lo que
marque un compás.

¡Dime lo que desees!
habla lo que quieras
porque solo me quedan oídos,
solo sonrisas y mirada.

Y no habrá labios,
no habrá brazos.
ni palabras
que te murmuraron ayer.

Agotaste el caudal,
con un largo adiós
quizás sin querer.

viernes, 28 de octubre de 2011

CUANDO LLEGUES ANTE MI



Cuando llegues ante mí,
vendrán todos a creerlo.
Narrarás tu karma
con tu mejor canción.

Un arma de misterio
vendrá toda unida,
para decirte siempre
lo que no te escuchó.

Cuando llegues hermosa
con sonrisa despeinada,
dirás mis poemas
pensando su temor.

Y mil vidas querrías
para pasar a todo,
llorando en tu esquina
por descubrir tu error.

jueves, 27 de octubre de 2011

EL DÍA QUE LLEGUE


Cuando llegue
sabrás que nada hubo,
llevarás mares perpetuos
de tu hacienda interior.

Volarás entre tus dudas infinitas
cargando tu ira descuidada,
errando sobre nuestros aciertos.

Quiero tenderte un cabo
quiero tu salvación
no quiero descargas vacías,
ni llenos hundidos.

Llamarás al número de nuestra historia
aferrándote a esos años.
Querrás mis labios,
desearás mis brazos
y un te amo
prendido en tu pelo
negará cuanto pasó.

domingo, 23 de octubre de 2011

LUIS FERNANDO DE BORBÓN, HIJO DE UN REY Y PADRE DE TRES


Cuando se habla de la historia de la Francia dieciochesca, es el siglo de Luises. Luis XIV inaugura el siglo, luego su biznieto Luis XV, quien le sucede con solo cinco años, siendo éste sucedido, a su vez, por su nieto Luis XVI. Cuando el gran público lee estos datos parece olvidar que por el medio ha habido príncipes que murieron antes que los reyes a los que tenían que suceder. De estos príncipes hay que destacar a Luis Fernando de Borbón, hijo de Luis XV, Delfín de Francia y padre de los tres últimos reyes Borbones de Francia. Su prematura muerte cambió la historia de su país y tal vez la de Europa.
Luis Fernando en su niñez con su madre la reina María
El 4 de Septiembre de 1729 la reina María Leszczynska, esposa de Luis XV  daba a luz su cuarto hijo y primer varón. Francia ardió en fiestas y muchas de las cortes europeas. Con su nacimiento, la sucesión quedaba asegurada en Francia, quedando excluido Felipe V de España, tío de Luis XV.  El delfín pasó toda su vida en el palacio de Versalles, donde nació.

 Con quince años contrajo matrimonio con Maria Teresa de España, hija de Felipe V.  Tuvieron una niña que murió a los veintiún meses. La madre murió en el parto. El joven príncipe no tenía tiempo para duelos. Había que asegurar la sucesión y enseguida se le encontró una nueva esposa.

La elegida fue Maria Josefa de Sajonia con la que se casó en 1747. Tuvieron ocho hijos de los cuales cinco llegaron a adultos y tres fueron reyes de Francia. Pensemos que hasta hace muy poco la mortalidad infantil era muy elevada y ni la realeza se libraba de esa tragedia.
Maria Teresa de España su 1ª esposa
 
A diferencia de su progenitor, Luis era muy piadoso y llevaba una vida moral intachable muy distinta a los usos de la corte de Versalles, precisamente por eso, sus relaciones personales con su padre, el rey, no eran fáciles porque deploraba la vida disoluta de Luis XV y las múltiples y públicas infidelidades de su padre que la reina aguantaba con resignación.

Con motivo del atentado de Damiens contra Luis XV, en 1757, el delfín y sus hermanos hicieron un intento de separarlo de su favorita Madame Pompadour  y que volviese a la vida devota. Fracasó en el intento, pero a partir de ese atentado adquirió más protagonismo en el gobierno y formando parte del consejo real. Como devoto católico, se opuso a la expulsión de los jesuitas en 1764  instigada por el ministro Chouseaul con escaso resultado.
María Josefa de Sajonia su 2ª esposa

Pero ya es tarde para muchas cosas, la tuberculosis ha entrado en su organismo minando su salud. Un retrato del año de su muerte nos refleja  un delfín avejentado para su edad. Murió el 20 de diciembre de 1765 a los treinta y seis años. Le sucedió su hijo Luis Augusto (futuro Luis XVI) como delfín de Francia.  Fue enterrado en la catedral de Sens.

En 1794 su cuerpo fue profanado por los revolucionarios y enterrado en una fosa común. En 1814, su hijo Luis XVIII, ya en el trono, ordenó la localización de sus restos, los cuales fueron enterrados de nuevo en la catedral el 8 de diciembre de ese mismo año.

Luis de Borbón con el uniforme de coronel-general de dragones en 1765, el pintor no pudo disimular su deterioro físico
 
Su carácter fuerte y valeroso, muy diferente al de su heredero, tal vez hubieran evitado los excesos que llevaron a una revolución  que acabó con dos de sus hijos (Luis XVI y Madame Isabel) y uno de sus nietos (Luis XVII). Fue un personaje clave en su tiempo y el hecho de no haber subido al trono de Francia lo ha relegado a un segundo puesto en la historia.

Enlaces relacionados

1764, EL ÚLTIMO ADIÓS A LA MARQUESA DE POMPADOUR

MARÍA TERESA DE FRANCIA LA HIJA DE MARÍA ANTONIETA 


 

ESTRELLA FUGAZ


Una estrella fugaz irrumpió un día
me traspasó
de esquina a esquina
de lado a lado.

Estrella fugaz que dejó rastro
dejó su huella
no puedo borrarlo.

Una estrella fugaz entró en mi vida
para enseguida marcharse,
me dejó su rastro incólume.

Y ahora diviso el cielo
buscando su retorno,
su encuentro
y también su abrazo.

viernes, 21 de octubre de 2011

CUANDO LA NOCHE TE ESPERA


Siento que la noche te aguarda
medallas
escarbadas de tus mensajes.
La noche se estrecha
en tus palabras
mientras canta sus extraños avisos.

Me darás las vidas que te llevastes,
los abrazos
clandestinos de tarde.
Me darás los muros
y techos que nos vieron.

La noche te aguarda
entre piedras que un día escucharon,
entre ojos invisibles que nos vieron,
entre versos que un día
narraron.

CUANDO TÚ NO ESTÁS


Cuando tú no estás,
los caminos se hacen sin pies
y las cosas se agarran sin manos.

Cuando tú no estás,
mis oraciones son vacías
y mis lágrimas no llegan.

Siento que me llamas sin razón.
y unos ojos negros llorarán
al compás de tu nombre.

Vacíos que llenaron nuevas vidas
cuando tú no estabas.
Otra enfiló tu altar,
enfiló tu futuro.

A otras vidas
fueron mis sonrisas,
a otras vidas
llamé.

Cuando tú no estás
mi vida se desvía de su elección
se desvía a lo que nunca quise
y marcha
en errónea elección.

miércoles, 19 de octubre de 2011

EL MONJE Y EL CAMINO (¿POR QUÉ VIVIMOS?)

  (A una querida amiga,  que un día me planteó esa pregunta)

En un monasterio, había un fraile a quien todos veneraban como un sabio. Sin embargo en su interior flotaba una pregunta que no era capaz de contestar : ¿Por qué vivimos?

La idea le preocupaba y la evitaba trabajando y sirviendo a los demás. Un día tuvo que viajar a otro monasterio y se arriesgó a ir solo. Por el camino encontró a un viajero y acordaron ir juntos. Al llegar a un tramo vieron varias piedras que molestaban y podría lastimar a los que por allí pasaran. entre los dos quitaron las piedras. Más adelante vieron en la orilla del camino un agujero que era un nido de serpientes venenosas. Taparon con una roca el agujero para evitar que saliesen y continuaron. A medida que avanzaban hacia su destino, y siempre a iniciativa del caminante, arreglaban lo que podría causar perjuicio a los que vinieran detrás.

Cuando el fraile llegó al monasterio y se despedía de su acompañante, éste le preguntó:  ¿Qué te ha parecido este viaje?

En un principio no supo que contestar por lo que el caminante prosiguió: Yo creo que ha merecido la pena porque el camino ha quedado mejor para los que vengan detrás. Tómate la vida como ese camino, no preguntes por qué está el camino sino si ha merecido la pena recorrerlo.

El fraile bajó los ojos brevemente  y cuando volvió a ver a su compañero, éste había desaparecido. Desde entonces se preocupo por lo demás con mayor convencimiento porque había comprendido. 

Años más tarde, cuando le faltaba muy poco para irse, sonreía diciendo: Sí, ha merecido la pena vivir, ¡ya lo creo que sí!

No te preguntes el porqué vivimos, crea a lo largo de tu vida un mundo mejor para los que vengan detrás, y entonces solo te tendrás que preguntar si ha merecido la pena vivir.

domingo, 16 de octubre de 2011

LUIS DE MARICHALAR Y MONREAL, MINISTRO POR MALENTENDIDO


Esta anécdota la cuenta Carlos Fisas en uno de sus libros, dándola por verdadera.

Cuando se anunció el compromiso de la infanta Doña Elena con Don Jaime de Marichalar, una de las cosas que se decían del novio, fue que su abuelo había sido ministro del bisabuelo de su prometida. Lo que no cuentan las crónicas que su nombramiento fue por un malentendido sin que ello, vaya en detrimento de los méritos de nuestro protagonista.

Don Luis de Marichalar y Monreal, octavo Vizconde de Eza había llevado una discreta carrera política dentro del partido conservador, siendo diputado y alcalde de Madrid. 

Según dice, Don Eduardo Dato paseaba por el Retiro con un amigo suyo andaluz, contándole que el rey le había encomendado formar gobierno y le faltaba una cartera ministerial por cubrir. Mientras estaban hablando, pasó ante ellos una joven muy guapa, a lo que dijo el amigo andaluz al verla: ¿Ze ha fijado en eza?. A lo que Eduardo Dato, distraído en sus pensamiento, le contestó: Pues ahora que lo dice no, ¡el Vizconde de Eza! ¿por qué no se me había ocurrido antes?

Y a raíz de ese malentendido empezó, don Luis de Marichalar, su carrera política como  ministro.

sábado, 15 de octubre de 2011

EL AHORA SIN TÍ


¿Donde se fueron los sentimientos
cuando tus ojos eran mis ojos?
¿Donde
la canción donde nos escribimos?

Tal vez flotando en otros paraísos,
quizás
dentro de ti escondida.

Un café lloró nuestro vacío
una mesa siente que no estamos.

Leerás mis versos  viendo
el descifrar de mis palabras.
La ciudad de las piedras
marcó una estela errante
que solo
tú puedes entender.

Extraño sentimiento
de aquellas noches,
despedidas en un portal ajeno.

Extraño vacío que lloró,
una mesa
ajena a nuestra causa,
ajena de por siempre
a todo.


viernes, 14 de octubre de 2011

CAVILANDO


Un retrato marcando las horas,
una guitarra desgrando sus lloros.
Itaca cerró por reforrmas
llaves quemadas por hielo.

Un incendio de quien avisó
los lamentos quebrantados por tus rezos.
Sigue cantando la guitarra
con sus cuerdas de cetrinos avisos.

Un pupitre que espera,
llantos de desesperación.
Ya nada vale la pena,
ya todo se destrozó.

MIS FANTASMAS


Memorias imposibles que siento
quiero desencajar mis fantasmas.
Una madeja hecha trizas,
una madeja tornasolada.

Su nylon estrecha mis palabras
sus recuerdos enmudecen mi llanto.
Quiero que me devuelvan mi cordura,
quiero abandonar mis fantasmas.

jueves, 13 de octubre de 2011

MIRADA OSCURA



Siento lo que ya no recordaba,
una mirada oscura me envuelve
deseo su abrazo en la soledad,
quiero quedar ahito de su presencia.

Mirada oscura que rezuma elegancia
risas disfrazadas de ánimo
mirada oscura, azabache claro
su presencia
viene y va.

Roza su amistad mi combate,
cicatrices de quien luchó.
Regresa la mirada oscura
regresa el azabache
que me dió apoyo
y también amor.

domingo, 9 de octubre de 2011

EN TI



Hoy he pensado en ti
en hueros caminos
en frases sinceras
en el sabor de tus labios
en los recuerdos que fueron.

Caminos separados
y también paralelos
sé que nunca se juntarán
sé que nunca quisieron.

Hoy he pensado en ti
en el sabor de tus labios
y en los recuerdos que fueron.

IMPOSIBLES


Misteriosas runas de memoria
inútiles venganzas falseadas.
La paz está de frente
y el pasado
sólo pasado.

Deseo crear esferas
con círculos de esquinas torneadas
cuadrados que rueden solos
y triángulos de a cuatro.


Utopías que buscan su sitio
retales de tejidos imposibles
pasados sin vuelta atrás
presentes reales sin esquinas

sábado, 8 de octubre de 2011

ALLÁ DONDE MIRE



Allá donde mire,
están tus ojos sonriéndome,
una vida llena de presentes

Azabaches de impresiones.
Historias
escritas con abrazos y caricias,
tintadas
del húmedo brillo 
de nuestras miradas.

AQUELLA HIEDRA


Aquella hiedra que entró en los recuerdos,
silente entre nuestras grietas.
Aquella hiedra abrió muchos ojos;
verde hiedra
verde hoja.

Con ribetes amarillos cincelaste memorias,
a blandas paredes te amarraste.

Hiedra furtiva,
hiedra salvaje.
Sibilino espíritu que nadie llamó
inquietante hiedra,
tremulosa memoria.

MARIA TERESA DE FRANCIA, LA HIJA DE MARIA ANTONIETA




La tan mitificada Revolución Francesa, si en algo se caracterizó, fue por el baño de sangre que generó. Las cosas llegaron a que un filósofo alemán dijera que prefería la injusticia al desorden. La revolución generó muchas víctimas ilustres, empezando por la familia real francesa. Sin embargo, de todos los miembros de esa desdichada familia uno sobrevivió al cautiverio: La hija mayor de los reyes, Madame Royal Maria Teresa de Borbón, personaje  desconocido por el gran público que ignora de ella, entre otras cosas, que pudo haber sido reina de Francia.

El 19 de Diciembre de 1778, Versalles se felicitaba por el nacimiento del primer hijo de los reyes, era una niña por lo que quedaba excluida del trono por la ley sálica, pero nacía después de siete años de matrimonio de Luis XVI y María Antonieta alimentando las esperanzas de los reyes de tener sucesión. 

A la niña se le puso el nombre de María Teresa en honor a su abuela materna la emperatriz de Austria. Será la favorita de su padre el rey Luis XVI a la que estará siempre muy unida. Posteriormente nacerán dos hermanos varones y una niña que morirá al año de vida. Su infancia transcurrirá normal bajo la estricta supervisión de su madre.

Maria Teresa en su infancia

En 1789 estalla la revolución. Maria Teresa tiene diez años y ve como tiene que dejar para siempre el Versalles donde nació y creció, con sus padres y su hermano Luis Carlos (sus otros dos hermanos han muerto). La familia real es obligada a vivir en el palacio de las Tullerias donde el pueblo vigila sus movimientos. La situación cada vez se hace más irrespirable hasta el punto que los reyes temen por su seguridad. Finalmente intentan huir con sus hijos en 1791; pero son reconocidos en Varennes y han de volver en medio de la hostilidad de la plebe. De vuelta a la Tullerias, el palacio es asaltado en 20 de Junio de 1792 por  parisinos, reforzados por voluntarios marselleses. La guardia suiza que defiende a los reyes  es aniquilada y Maria teresa y su familia son conducidos a la torre del Temple donde permanecerá prisionera.
María Teresa en1787 con su madre la reina María Antonieta y sus hermanos el Delfín (fallecido en 1789) y  Carlos Luis (Luis XVII)

Serán los años más duros de su vida. Con catorce años, el 20 de enero de 1793 tiene la tristeza de despedirse de su padre, al que estaba muy unida; sería ejecutado al día siguiente, en la guillotina. Su hermano pequeño, Carlos Luis es apartado de ella y de su madre y su tía. Luego, le toca al turno a su madre la reina, de la que no tendrá noticias de su muerte hasta su liberación. Luego le tocará el turno a su tía paterna Madame Elizabeth que también subirá al cadalso, ya queda nadie más que la acompañe. De 1793 a 1795 estará sola en prisión sin saber la suerte de su familia, nadie habla con ella, le envían la comida y punto. Su hermano muere solo en prisión, al no poder soportar las duras condiciones carcelarias, sus carceleros tampoco le informan.  
María Teresa en 1795, libre y en la corte de su tío el emperador lleva ropas negras en señal de luto por la muerte de sus familiares durante la revolución. No regresaría a Francia hasta 1814

En 1795, ya finalizado el terror, es canjeada a los austríacos por dos comisarios de la revolución. En un principio vive en la corte de Viena con la familia de su madre. Pero no está cómoda;  a la corte de Viena, le remuerde la conciencia de no haber hecho nada por salvar a la reina María Antonieta y la presencia de su hija se lo recuerda constantemente.  

Aunque de madre austríaca, es francesa y decide unirse a su tío paterno (futuro Luis XVIII) en Lituania donde está alojado como huésped de Pablo II de Rusia.  En 1799 contrajo matrimonio con su primo Luis Antonio, hijo de su tío el conde de Artois y futuro Carlos X. Pese a ser caracteres muy diferentes, serán un matrimonio feliz; no tendrán hijos. Su tío Luis no tenía descendencia, y la corona de Francia pasaría a su suegro por lo que su marido y ella serían los futuros herederos a trono.

El Duque de Angulema, marido de Maria Teresa
En 1814 regresa a Francia junto con sus tíos y su marido. Han pasado diecinueve años y muchas cosas han cambiado en la patria que la vio nacer. Luis XVIII comprende que la restauración del absolutismo en Francia es inviable y gobierna conforme a una constitución, mediando entre  los liberales y los ultramonárquicos liderados por su hermano el futuro Carlos X. El nuevo rey tomará como una de las primeras medidas, que se investigue la suerte que han corrido los cuerpos de los padres de María Teresa, así como las circunstancias que rodearon sus muertes. Según se cuenta en la siguiente crónica extraída de Fraser " El 18 de enero de 1815 se empezaron a desenterrar los cuerpos de los dos soberanos. El cuerpo de María Antonieta fue extraído en primer lugar y luego el de Luis XVI. Los restos fueron hallados gracias a Pierre Louis Desclozeaux, un anciano abogado que después del cierre del cementerio de la Magdalena lo transformó en jardín y plantó sauces llorones en el lugar de la inhumación. María Teresa fue conducida a sus tumbas por Madame de Tourzel, (ya condesa de Bearne) donde cayó de rodillas y empezó a rogar."

En 1824 Muere su tío Luis XVIII y con la subida al trono de su suegro, su marido y ella se convierten en herederos al trono. serán los últimos que ostenten el título de Delfines de Francia. En 1830 vuelve a estallar la revolución en París ante la impopularidad de Carlos X. Maria Teresa tiene otra vez que exiliarse mientras sube al trono su primo Luis Felipe, duque de Orleans e hijo de aquel Felipe Igualdad que votó a favor de  la muerte de Luis XVI en la asamblea nacional antes de acabar, también él, en la guillotina bajo el terror.

Carlos X último rey Borbón de Francia y suegro de María Teresa

Ella y su marido vivirán primero en Edimburgo y luego en el imperio austríaco. Su suegro muere en 1836 y su marido en 1844, los últimos años de su vida los pasará cerca de Viena. Sus sobrinos Luisa y Enrique de Borbón se fueron a vivir con ella. En 1848 recibió la noticia del destronamiento de Luis Felipe y la proclamación de república en Francia, ya le da lo mismo, es muy devota y ha perdonado a quienes le causaron tanto dolor a lo largo de su vida. Murió a los setenta y dos años de edad el 19 de octubre de 1851.

Fue hija, sobrina y nuera de reyes, pudo haber sido, además, reina consorte de Francia. Víctima de la Revolución Francesa, en su juventud pasó situaciones límite que nadie debería vivir y salió de todas ellas con la entereza y dignidad que se esperaría de alguien de su estirpe. Ha pasado por la gran historia en total silencio, hoy es una gran desconocida por el gran público que sí habla de su madre María Antonieta y de su hermano Luis XVII. Sobrevivió a todo y falleció en paz perdonando. Hoy es víctima de un olvido, desde mi punto de vista, inmerecido.

miércoles, 5 de octubre de 2011

REMOS QUEBRADOS



Sentiré en el aire
las horas que marcaron tu yo.
Sabrás que mi esencia te acaricia sin sentir tu locura.

Caronte ha roto su remos
para que sigamos en la misma orilla,
y mientras mi esencia te envia te quieros clandestinos.

Remos que no siguen sus cursos,
direcciones erradas por todo.
Caronte se niega a remar.

Parcas que combaten mi silencio.
Los juguetes nunca se rompieron
y se niegan a quebrarse.

Un torbellino que nubla
y el futuro
sigue adelante.

martes, 4 de octubre de 2011

EN MI DENTRO


Entrañas que supieron lo que siento,
no puedo marcarme en mi inquina,
no siento
los paso aguerridos
se me han arrrancado los deseos.

Y ahora se borra el eco de las iras
veo el lejos muy cerca,
y estás ahí,
recordando lo que pudo ser
y la vereda que decidiste marcar.

Sintiendo lo que sabemos
meditando ancianos valses de memoria
los pianos dejaron de sonar
como acordeones
monocordes.

lunes, 3 de octubre de 2011

LIMITES


Limites marcados por nosotros
fronteras que sólo nosotros creamos;
días flameados por miedos
no podemos marcarnos más.

Los miedos nos paran
no alargamos las manos a tiempo.
deseamos seguir los sueños
sin riesgos
ni esperanzas.

Llenad las botellas con vuestros sueños
mirad al mar de vuestras dudas,
y si no quereis su bebida
estrelladla contra las rocas.

sábado, 1 de octubre de 2011

DE NAPOLEÓN II AL DUQUE DE REICHSTADT


Cuando se pone la cronología de Napoleón, indefectiblemente figura el año 1811 con una sola frase que siempre es la misma: Nacimiento del Rey de Roma. Luego los libros de historia ponen un retrato de un recién nacido y poco más. Sin embargo, cuando la aventura napoleónica finaliza entre 1814 y 1815. La vida siguió y el hijo de Napoleón I continuó por derroteros muy distintos a los que su padre habría deseado.

El Rey de Roma con su madre la Emperatriz María Luisa

En 1813, tras el desastre de Rusia, comenzaba la invasión de Francia por los ejércitos aliados. Prusia, Rusia y Austria, cuyo emperador es el suegro de Napoleón atraviesan la frontera rumbo a París. El emperador parte para la guerra desde la Tullerías despidiéndose de su esposa la emperatriz María Luisa, pero antes se para ver a su hijo tres años que duerme en esos momentos, sería la última vez que lo vea.
Fonteneblau 1814. Abdicación de Napoleón en su hijo

Aunque Napoleón obtiene importantes victorias sobre sus enemigos, no es suficiente. París capitula y el 4 de Abril de 1814 Napoleón abdica en su hijo que es proclamado Napoleón II. El reinado es breve porque los aliados han decidido que los borbones sean restaurados en Francia en la persona de Luis XVIII, hermano del guillotinado Luis XVI. María Luisa partió para Viena con su hijo.

En 1815 Napoleón escapa de su confinamiento en Elba iniciando "el imperio de los cien días". Tras Waterloo volverá a abdicar en su hijo y durante  un corto periodo de tiempo el gobierno provisional actuará en nombre de Napoleón II. Mientras el emperador parte para Santa Elena. La vida de su hijo sigue en Viena.

Napoleón II en 1818
 Napoleón II "el aguilucho" pasará el resto de su vida en la corte de su abuelo Francisco I. El canciller Mettermich dará instrucciones muy precisas, para que se le haga olvidar de lo que denomina su "anterior situación", será eliminado de su entorno todo lo francés y en su familia se le llamaba por su segundo nombre: Franz, nunca como Napoleón. Ya no es emperador ni rey de Roma, pero es el nieto del emperador de Austria y hay darle algunos honores, por lo que en 1818 es nombrado Duque de Reichstadt.  Sus relaciones con su familia austríaca son buenas. Recibe con gran tristeza la muerte de su padre en Santa Elena en 1821. El recuerdo de su padre siempre estará muy vivo en su joven persona.

El joven príncipe es consciente de su situación. Por un lado quiere a su abuelo el emperador Francisco, siendo correspondido, y por el otro mantiene vivo el recuerdo de su padre el gran emperador. Traba amistad con el mariscal Marmont que luchó con su padre y mantienen muchas conversaciones sobre el tema. Cuando se le autorizó a leer libros  sobre su padre los leyó con gran interés, algún autor dice, incluso, que  los devoró. 

Con el consentimiento de su abuelo decide seguir la carrera militar. En su uniforme militar del ejército de Austria, ciñe el sable que llevó su padre en la batalla de las pirámides.  Es considerado el miembro más inteligente de la familia imperial. Es discreto y muy reservado. Los años de vigilancia al que fue sometido por los agentes, del canciller de su abuelo le obligan a ello. Sin embargo, en la corte de Viena encontrará un alma gemela en la persona de su tía política la archiduquesa Sofía, madre del futuro emperador Francisco José I. Ella es cinco años mayor que él, se ven a diario y se escriben cuando están lejos. Su relación es tan estrecha que, en Viena se decía que Reichstadt era el padre de Maximiliano, el segundo hijo varón de Sofía.  

El Duque de Reichstadt en 1831, un años antes de su muerte

Cuando estalla la revolución de 1830 en París y en muchos estados europeos, manifiesta al todopoderoso Mettermich que solo aceptaría la corona de Francia si se lo pidiera el ejército, también deja claro que no hará ninguna actuación que suponga una traición a su abuelo.  En ese año empieza a mostrar síntomas de mala salud, la tuberculosis se va abriendo paso y lo va minando poco a poco. Debería trasladarse un lugar de clima más seco pero  Mettermich no lo autoriza. En Enero de 1832, siendo coronel y durante el funeral de un general de su abuelo, se le quebró la voz al dar las ordenes a su regimiento y empezó a toser. Tuvo que ser retirado con urgencia porque escupía sangre. 

Su estado se agrava, a partir de entonces. Cuando es autorizado a trasladarse a Nápoles para su recuperación será tarde. Su lecho de enfermo está en las mismas habitaciones donde su padre tuvo su despacho después de Austerlitz y Wagram. Su madre acude a su lado. Tampoco se separa de él la archiduquesa Sofía.

Su salud va teniendo altibajos hasta que el 22 de Julio de 1832, a los 21 años de edad moría Napoleón Francisco José Carlos Bonaparte;  Rey de Roma, Napoleón II de Francia para unos y Duque de Reichstadt. Fue solemnemente enterrado en la cripta imperial de los capuchinos de Viena, con los honores propios de un archiduque. Pero no sería su ultima morada.

Napoleón II en su lecho de muerte. Tenía veintiún años y su prematura muerte truncó el importante papel que le tenía preparada  la historia

En años posteriores, Napoleón III solicitó más de una vez, a Francisco José I los restos de su primo común,  para que reposasen junto a su padre en los Inválidos, sin resultado alguno. En 1932, los bonapartistas hicieron un nuevo intento ante la república de Austria con nulo resultado.

Será finamente en  diciembre 1940 cuando Adolf Hitler apruebe ese traslado del cuerpo a París como "homenaje al pueblo de Francia".  El retorno se produce en un París ocupado por Alemania y con toda una guerra por delante. No serán soldados franceses ni austríacos los que custodien el féretro  sino alemanes. El 12 de diciembre de 1940 será enterrado junto a su padre, tras una solemne ceremonia a la que acuden representantes alemanes y franceses. Esa será su último destino.

Llegada de los restos mortales de Napoleón II a París el 15 diciembre de 1940

Paradojas del destino, harán que ese mismo año en que llega el cuerpo de Napoleón II, se cumpla el centenario de la llegada de los restos mortales de Napoleón I  procedentes de Santa Elena. Ciento treinta y siete años después de aquella despedida en las Tullerias en 1813, padre e hijo volvían a reunirse.

Tumba actual del Duque de Reichstadt en los Invalidos