Huid de los falsos vientos
que ni dudas siembran,
que ni tan siquiera llegan
a ser cantos de sirena.
No permitáis que entren,
con sus himnos de odio
y ficticios estandartes.
Agarraos de la mano.
mirad de frente,
unidos,
desafiantes.
Destrozad su conjuro
maligno
de falsos imperios
que saben a promesa.
Bellísimo
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