Borrarás las lágrimas
en estancias que fueron,
aunque
te niegues a
rearmarse en tu breve
itinerario
zarzas ocultas del yo.
Amarás,
no lo dudo;
siendo tú
espíritu de topacio
distinto,
especial.
Mientras me lees
insistiendo en mis versos
Ganarás la batalla
rompiendo
argollas de aire que
nunca surgieron.
Ahí estarás
mientras te escriba
oxidando mis secretos,
rumiando mi mensaje.
Precioso
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