La noche
nos
pertenece.
Cada vez
que
hablamos,
nos reímos,
nos amamos.
En las noches
dormimos juntos
aunque exista
un
millón de kilómetros por medio.
Las noches,
nuestras noches,
nos envuelven con su magia.
Convirtiendo
dos almas a la deriva
en un alma,
única,
eterna,
indestructible.
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