Imposible mentirte.
Admito
que me basta pensar en ti
para limpiar mi yo.
Me basta
recordarte
y es
cuando mis demonios
huyen en desbandada.
Dejándome
tras sí
una sonrisa en mis labios.
Extraño sentimiento.
Rara sensación
en la que bastó
una sonrisa
y una mirada.
Para continuar adelante,
para no rendirme,
para purificar mi alma.
Y seguir ganando
un millón de de luchas,
un millar de batallas.
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