Te lo prometo.
Cuando desee la paz,
cuando me sienta inerme,
vacío.
Cerraré mis ojos
para sentir los tuyos.
Me bastará
recordar tu mirada
y tu sonrisa,
para saber que
mereció todo la pena.
Aquel paseo,
aquella charla,
aquellas risas.
Porque ahora
sólo tengo de ti
tus ojos frente a los míos.
Recordando
que siempre sentiré tu mirada
como mi mejor medicina,
como tu mejor regalo.
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