cuando el mar es
la fosa común de los que huyen.
Ese mar
azul, cristalino
que en la noche
es promesa,
angustia,
desesperanza.
Un mar que se muestra
puente frágil
hacia un paraíso ficticio
de los que escapan
de su infierno real.
De los que huyen aterrados
de las llamas de injusticia
miseria,
guerras,
hambre,
y lágrimas rojas
de perpetua tristeza.
Un mundo pobre
que le prohíben dejar de serlo
que no le dejan
seguir adelante.
Frente a un mundo
que todo le sobra
que les mira de perfil.
Que le reparte sus migajas
a un continente
rico en coraje;
de quien nada tiene que perder
salvo su vida
y que un Mare Nostrum se lleva
porque a nadie
les importa que mueran
en una fosa común
llamada Mediterráneo.
Bellísimo
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