En el laberinto
el espíritu roto del padre.
La esencia extraña
de todo.
Entre islas
entre nada
entre siempre.
La mente escribe
palabras raras,
inconexas,
espurias.
En la destrozada puerta del alma
en la fuga crónica
de una esencia similar a la vida.
Doy un grito,
me desmayo y
caigo
en un abismo
llamado laberinto
nombre sueño,
de apellido prisión.
Bellísimo
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