Se escapan las historias en nuestra vida.
De humanos recovecos que se marcharon,
recobra la paz de su ira.
No más iras
no más gritos
no más estruendos.
Son olas que rompen en nada
en la supuesta lucha de mi dentro.
Te busco
te llamo te veo;
mientras mis manos dicen vente,
gritan oye
y desean eterno.
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