Vuela el espíritu libre sostenido por las oraciones. Regresa de sus viajes de vida. Nada llevó, con nada regresa. Y desembarca donde las mareas derrocharon sus altares donde se ninguneó el principio, donde se ensalzó los valles.
Me rodea mientras hablo, recordándome su cariño silencioso. Desvelando mis secretos, en eterno oleaje.
Y el espíritu reza entre mis manos, me dice que me quiere, me dice que le acompañe.
Bellísimo.
ResponderEliminar