Es difícil
decir con palabras
ese torrente interior
que a veces
acaricia.
Y otras
quema y daña.
Sentidos del todo
que gritan
y no comprendes.
Te bloqueas,
encoges,
estallas,
reniegas.
Es entonces
cuando la soledad
se convierte
en tu celosa amante.
Te acapara
te absorbe
te deja.
Haciendo
que camines
por laberintos de memoria.
Caminado
por extraños paisajes
que son tu pasado
sin caminarlos,
sin haberlos pisado.
El alma se disuelve
en el pais de las incertezas.
Apareciendo
el poeta en tu auxilio
restaurando las heridas
salvando
lo poco que queda
de esta vida destruida
a la que nunca permitieron
un segundo de reposo
un millar de presentes
y un millón de nostalgias.
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