No soy yo.
Son
los hechos que viví.
grabados a golpes
en cada pliegue de mi piel,
en cada surco de mi iris.
Nunca he sido yo.
Porque nunca
me dejaron
salir del camino
que otros
trazaron por mí.
Pero siempre
he sido yo;
quien
jamás se ha rendido.
Convirtiendo su dentro
en un duro escudo
cargado de cicatrices
que lo hicieron fuerte,
valiente,
indestructible.
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