Hoy toca
dejar libres las palabras.
Que sea
el alma quien decida,
reemplazando a la mente,
al cerebro.
Hoy despojaré mi yo
de todo abalorio.
De cualquier ropaje;
dejando
que me veas como soy.
Sólo un hombre
cuyo espíritu
lo llevaron a mil infiernos
y que nadie
acudió en su ayuda.
Pero que
sigue intacto
impertérrito.
Siempre
dispuesto a la lucha,
a la batalla.
Hoy toca
dejar libres mis palabras
para decirte que te quiero
para sentirme querido
dentro de tu alma.
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