Porque primero
conocí al hombre
antes que al maestro
antes que al artista.
Mi futuro empezaba
cuando descubrí tu luz,
los paisajes,
tus pinceles,
tu espíritu.
Pinceladas vivas
porque eran
trozos de alma
de mil colores y gamas,
de palabra sin letras.
Paisajes,
retratos,
con vida
tu vida
que te atrapan
y dicen que los veas,
que los descubras,
que los sientas.
Y es cuando tú, maestro.
Cuando tú, artista.
Sigues y seguirás viviendo
cada vez que te vea
en cada paisaje,
en cada obra.
Sintiendo
aquella cordialidad única
y aquella eterna sonrisa.
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