Porque te quiero,
tus ojos
me revelan mi jardín
interior
en que te busco
en que te llamo.
Porque te quiero
deseo despertar cada mañana
y besar tu frente
aún cálida
de las sábanas
que nos cobijan.
Porque te quiero
diré tu nombre
como amuleto
cuando la tristeza irrumpa
queriendo atraparme.
Porque te quiero
lucharé por ti
con toda mi alma.
Sin pausa
sin tregua
y sin rendirme.
Y porque te quiero,
nunca dejaré de amarte
por mil gritos de batalla
que escuche
ni en mil combates
ni en cien sueños
que duerma
ni en un millón de tormentas.
Maravilloso.
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