No preguntes
solo dime que me quieres,
dame tu abrazo.
no hables,
escucha,
siente,
ama.
Deja tu voz arrinconada
porque tu sonrisa
es la que habla.
Tus caricias
son las que curan
y tu beso
cauteriza las llagas
de un espíritu atormentado,
por zahúrdas que existieron
en la mente
de un poeta
que solo sabe
que te quiere
te necesita
y te ama.
Maravilloso.
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