Torres que estais en la orilla
dejasteis atrás los anales
noches de grito y aceros.
Hoy
solo queda una estampa.
Piedras carcomidas
que enhebran
lo que pasó,
los años,
las sangres.
Porque un día fuisteis vigías
de los sueños,
de los horizontes,
de las madres.
Hoy piedras del recuerdo
de dos torres
que vieron cosas,
de siglos
que no son presentes
y tan solo
es eso:
pasado.
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