Admito que erré muchas veces,
pero eso
forma parte de mi historia.
Confieso mil tentaciones
y deseos prohibidos
porque soy de carne
y no de acero,
Reconozco
a quienes lloraron
por mi causa.
Lo mismo que lloré yo
por la suya.
Admito no ser de piedra
ni de hierro,
ni de madera.
Porque soy hombre,
humano,
mezcla de alma y tierra.
Porque la vida me hizo así
sin pedirme opinión,
sin hacer preguntas,
sin pedirme respuestas.
Maravilloso.
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