¡No, no quiero verla!
la quiero recordar en vida
deseo tener su carisma
su alegría.
¡Que no, no voy a verla!
porque quiero atrapar
sus recuerdos
entre mis dedos.
No me dejéis que la llore
porque ella jamás querría
porque ella jamás faltó
a su cita con las historias.
Dejadme pues que la rece
que le hable
y que le diga
que me niego a verla
porque la quiero,
revivir cada día,
cuando de ella hable,
cuando de ella cuente,
cuando de ella oiga.
Maravilloso.
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