He dejado
libre la música
y también nuestras canciones,
para poder recordarte sin ataduras.
He gritado
tu nombre ahora,
cuando el camino
se acorta y el silencio pesa.
He caminado sobre el pavimento de los años,
volviéndote a ver en algunos tramos,
como un reflejo
que no se desvanece.
Y la música me rodea,
me envuelve,
como el eco de aquellos días
en que fuimos
señores de nuestras ilusiones
y también de nuestros errores.
Hoy, acabo
de dejar libre nuestra música,
mis poemas,
mis recuerdos.
Para que vuelen, si quieren,
o se queden, si aún
les duele partir.
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