Esta anécdota se la atribuyen al gran actor español Ricardo Calvo (1875-1966), famoso en su época y hoy un perfecto desconocido para el gran público.
Según cuentan, durante una actuación en el teatro de la Habana interpretaba a Ricardo III en la obra de Shakespeare de igual nombre. En el momento que gritaba las célebres palabras "¡Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo!" fue interrumpido por un gracioso que le gritó desde los palcos:
- ¿Y no le daría lo mismo un burro señor Calvo?
A lo que contesto Ricardo Calvo sin pensárselo dos veces ni titubear:
- Sí amigo, ¡suba usted al escenario!
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