Quiero buscarte donde nadie miró. Entre las letras de mis libros, entre las notas de mis canciones, donde un horizonte te recuerde. Y seguirás llamándome entre los remos de Caronte, preguntándole a las Parcas por mis hilos. Tejiendo a las miles de Penélopes que un día esperaron marchitas por su amo.
¿Donde esperaste mi presencia? ¿Donde los momentos furtivos de mis noches? Nadaron en los mares del encuentro, en los lagos de la espera, en las repúblicas del extravío. Mis brazos, entonces, te pertenecieron, mis manos te rozaron y mi cuerpo fue tu cuerpo.
Retorna para que vuelva a ser humano para que no me envilezca porque deseo volver a amarte y deseo sentir los abrazos que perdí.
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