Muy tarde
para tantas cosas.
Demasiado tarde
para
sueños fallidos.
Soledades y
silencios
te rodean.
Te atrapan
no dan tregua.
Sólo te
acompañan
el salino
líquido de tus ojos.
Y el silencio te grita
y te acosa
diciéndote:
Tarde,
muy tarde,
demasiado tarde.