¡Cuánto por descubrir!
¡Cuanta vida por soñar!
Todo por estrenar.
Somos ráfagas sin destino
que un día chocaron
y quisieron
seguir juntas.
La vida decidió.
Y arriesgar se convirtió
en ley inmutable,
sin apelación,
sin pulso,
sin respuesta.
Todo por descubrir,
todo por conocer,
Un millar de preguntas,
un millón de palabras,
y cien mil respuestas.
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