Hay veces
que el miedo viene de visita
creyéndose victorioso.
Hay momentos
que la incertidumbre
danza en mis ventanas
en forma
de un ángel caído.
Entran y salen
olfatean mi soledad.
Olfatean
mi alma torturada
por ya pasados fantasmas
que creía expulsados.
Llegan,
atacan,
se retiran.
Se van de vacío
como siempre.
Porque mientras viva
siempre existirán
hasta que pare mi sangre
y el aire, mi aire,
para siempre
se detenga.
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