Duele.
Cada paso perdido,
cada palabra extraviada,
cada mirada sin horizonte.
Duele.
Cuando crees
llegar la meta
y descubres su vacío,
su falsedad.
Duele.
En el instante
que todo te parece
un cascarón deshabitado
de sus ilusiones,
de sus vidas,
de sus anhelos.