Me equivoqué
cuando dije adiós
y no siempre.
Mi ruta
cambió de signo,
viví otras vidas
otros sentidos,
pero me equivoqué.
Pagué caro mis errores
por no coger tu mano
por no seguir tu ruta
en eterno abrazo.
No lamento
el camino andado.
Solo mi elección
quien vino a mi lado.
Y ahora estás aquí
con tu sonrisa de hace años,
con tu alegría,
con tu paz.
Nunca te fuiste,
solo esperaste.
Descubrí ante ti
que Itaca siempre
estaba conmigo.
Nada dijiste
solo tu beso,
tu sonrisa,
tu mano,
y tu eterno cariño
de quien nunca deserta
de blanca mirada,
de tranquila alma.
Bellísimo.
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