Tengo el alma desgajada a jirones
vive
por la inercia del nada.
Y se bate contra mil demonios
se debate
entre lágrimas incisivas,
entre lamentos punzantes.
Cierro los ojos
y regresan viejos fantasmas
que dicen ira
que exigen
que me gritan venganza.
Y mis jirones se tabalean
en mi dentro
sangran por cien lugares,
mientras pienso
en la ausencia arrancada
a golpe de imprudencia,
a golpe de inquina.
Y me siento exhausto;
harto,
cansado de luchar,
por mi,
por otros.
Porque han hecho de mi espíritu jirones,
desmigajados, inertes
y un alma arrancada a golpes,
un alma
convertida en harapos.
de tristes pedazos
que no pueden juntarse.
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