Hay trenes
que llegan con tu nombre grabado.
Trenes
que esperan en silencio
en la estación de tu vida.
Se detienen,
te aguardan,
como si el tiempo
pudiera estirarse solo por ti.
Pero, al final,
los trenes siguen su ruta,
con su silbido lejano
y el eco de una ocasión
que deja de ser eterna.
Subirás o no a ellos.
Pero recuerda,
que algunos trenes
con su carga de oportunidad
continúan su camino
y jamás regresan.
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