BIENVENIDOS

Quiero contar muchas cosas
y compartir cada cosa que siento,
aportar mis ideas y que todos
tengáis algo que decir

Será poesías,
cuentos, opinión.

Aquí todo tiene cabida.



miércoles, 31 de octubre de 2012

GRITO


Un grito me dijo mundo, un grito me dijo basta. Aquel grito rasgó mis días, aquel grito me dijo llama. Y entonces mi vista quiso, amarrar con cuerdas ramas. Cuerda de atar mis cosas cuerda de siniestra trama. Y clamo en mi soledad surta, de vergüenzas soterradas, de iras que nunca pude, vengar entre mis lágrimas.

Me rompe mi lucha constante, me rompe de escapes extraños y tú me llamas al final encontrando, mis horas cercanas. No me dejan ser quien soy, me prohíben mis mensajes no dejan que lleguen a todos. 

Me censuran mi cordura y desgarran mis karmas.

domingo, 28 de octubre de 2012

RICARDO CALVO, EL INGENIO EN ESCENA


Esta anécdota se la atribuyen al gran actor español Ricardo Calvo (1875-1966), famoso en su época y hoy un perfecto desconocido para el gran público. 

Según cuentan, durante una actuación en el teatro de la Habana interpretaba a Ricardo III en la obra de Shakespeare de igual nombre. En el momento que gritaba las célebres palabras "¡Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo!" fue interrumpido por un gracioso que le gritó desde los palcos:

- ¿Y no le daría lo mismo un burro señor Calvo?

A lo que contesto Ricardo Calvo sin pensárselo dos veces ni titubear:

- Sí amigo, ¡suba usted al escenario!

sábado, 27 de octubre de 2012

VACIO


Ramales eternos de la ira,
brotes rojos de mis recuerdos.
Regreso de las tierras de los que negaron, los que dijeron,
de los que nunca ganaron.

La ventana se abre para llamarnos
y decirnos lo que quisimos callar.
Sus cristales rechinan por el viento de las seniles palabras
y de los marcos
que se pintaron con los cromos de las nostalgias.

Son Polifemos que no saben a donde mirar.
Carontes que dijeron basta.
Mientras una Safo
otea el acantilado de sus versos.
El horizonte me dice regresa
mientras sus manos palmean mi gastada espalda.

Se han abierto los arsenales,
las dársenas trabajan entre resurrecciones
de falsos mesías que gritan basta.

Y te busco entre los rostros anónimos que me observan
y sus ojos
aparecen en cada vereda
en cada camino de peldaños.
Subo la escalera,
aspiro el aire. 

Bebo su infinito vacío,
cierro mi vista.
Salto........
Precediendo el tornar de mis carcajadas
y mi nombre
entre sus brazos.

viernes, 26 de octubre de 2012

FRACTURA



Miradas perdidas
que me acompañaron en la fatiga de las noches.
En esa oscuridad errante
en esa vida perenne
de ausencias rotas.

Y llegas bordeando
las fortalezas sutiles
de esperantos que tradujeron.
De lenguajes secretos
de bodas de fuego.
Piedras de otras épocas
que te susurran al oído
tiempos pretéritos del nunca.

Se seca el caudal de mis ideas,
se agosta el flujo de mi peso.
Quiero agarrar tu sonrisa entre mis manos
y guardar tus te quieros en mis memorias.
Una almohada desea tus cabellos,
una sábana emerge con tus caricias
y tu piel es mi piel,
tu labio es mi labio
y mi boca es la tuya.

Y el dique se ha roto,
ya no hay agua nueva,
arrasa mis recuerdos
y mis lealtades quietas.
Grito nombres de otrora,
 nombres hebraicos,
nombres de planta
y también
de oscuros cielos.




domingo, 14 de octubre de 2012

SIEMPRE



Hechos reales que fingieron los deseos denostados. Se escandalizan los colores de las dunas de tu ira. Han llamado a denuesto, han tocado a odios. Y seguimos truncando los deseos que nos dejaron. Prohibiciones que dijeron nunca, que dijeron siempre, que dejaron holas.

Y buscas sonidos ancestros para pedir regresos, regresos que no se repiten pero de los que te arrepientes. ¿Donde la meta que deseaba? ¿Donde los errores nuestros? Pasados que retornan con fuerza que te hacen orar en fingido silencio.

Cuatro paredes dictaron sentencia, dijeron ahora, gritaron siempre.  Son ataques que buscas defensas que encuentras y te rindes con pausas; siempre lejos y además queriendo.



sábado, 6 de octubre de 2012

¡A LAS BARRICADAS! ¿Y POR QUÉ?


Recientemente un juez de este país que antes se llamaba España, denunció, en su sentencia contra los organizadores del 25-S, el alejamiento de la clase política de la ciudadanía, máxime en estos tiempos tan difíciles. Aunque la opinión se la tenía que haber reservado fuera de la sentencia, no puedo evitar suscribirla plenamente.

Desde que se instauró nuestra democracia en 1978, surgió una clase política que aumentó con la implantación del sistema autonómico. Con ella nacieron los cargos políticos y una red de clientelismos que tiene que pagar el ciudadano de a pie. Como consecuencia la fiscalidad ha adquirido, poco a poco, tintes de asfixiante y han aparecido extraños impuestos y exóticas multas con claro afán recaudatorio. Y lo peor de todo, es que el ciudadano no percibe que lo que paga repercute en los servicios que recibe, sino en sueldos y privilegios de altos cargos que les basta dos legislaturas para cobrar la máxima pensión de jubilación. 

Si añadimos que muchos políticos que viven de nuestro trabajo, nunca han trabajado fuera de la política, (en especial los de izquierdas, lo siento progres) y nada saben de los problemas del ciudadano de a pie. El enfado y la indignación están plenamente justificados.

Quien esto escribe entiende que la política ha de estar al servicio de la comunidad y desde ella, gestionar los recursos comunes en beneficio de todos. La ventaja de una democracia auténtica es que quien nos dirige es elegido por la mayoría y depuesto por ella. ¿Donde radica entonces nuestro problema?

La historia es la gran maestra, porque siempre que caemos en los mismos errores nos acordamos de ella. Es sabido que cuando la clase dirigente  se aleja de los ciudadanos y se convierte en una clase parasitaria, los ciudadanos acaban levantándose. 

En la mayoría de los casos la revuelta acaba degenerando en  revoluciones cruentas que siembran mayores injusticias. El orden desparece y cuando no llega por las buenas acaba llegando por las malas Stalin, Napoleón o Mussolini son un buen ejemplo de ello.

Hay que cambiar las cosas y estoy de acuerdo,  pero  evitando las acciones violentas. El voto y las firmas son la herramienta más eficaz dentro de la legalidad, puede ser el camino más difícil pero cualquier cambio realizado así, no quedaría en entredicho. La calle es un clamor a la hora de solicitar la supresión de instituciones y ello se puede hacer sin cambiar la constitución realizando un referéndum, en más de una autonomía se llevarían una sorpresa sus dirigentes.

¿Hay que manifestarse contra todo lo que estamos viendo? lo digo alto y claro SI, pero no contra un gobierno porque sea de un determinado color sino contra una situación que hay y se puede cambiar. Huyendo del las demagogias y cantos de sirena de algunos sectores políticos que quieren pescar a rio revuelto cuando son tan culpables de lo que ocurre como los demás. Las barricadas y las piedras no son la solución.

La democracia, el voto y la palabra son las herramientas, utilicémoslas.


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