No puedo sentir tu vida.
Hoy
me han prohibido las estrellas,
y el cielo es una ausencia que duele.
Pensarte
es la tabla donde
flota mi esperanza,
un naufragio silencioso en mares oscuros.
Quererte
es la sombra fiel
que nunca se aparta,
un eco que respira
a mi lado,
invisible,
eterno.
Y seguirás por lugares desconocidos,
caminos que
el mundo no verá,
pero que solo yo sabré.
Cada vez que te quiera,
abriendo las puertas del recuerdo.
Cada vez que te piense,
dibujando
tu ausencia en el silencio.
Cada vez
que te rece,
siendo palabra eterna
y eco entre mis labios.
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